viernes, 22 de julio de 2016

Y muchas ganas.



Me gustas más que el Nesquik.
Sin grumos. Sin ropa.
Que jamás se me olvide a que sabes.
Pero sí tu forma de hacermelo.
Peco de gula cuando se trata de tí.
Te aviso, que no te pille de sorpresa:
Viviré siempre con un corazón tembloroso en el pecho,
consecuencia de una mala desilusión.
No te dejaré caer.
Pero tampoco iré detrás,
así que no hagas tonterías.
Ni es el Titanic, ni soy Di Caprio.
Se trata de tu, yo
y una historia interminable a la que le puedo poner fín cuando quiera.
Y tú. Pero no te confíes.
Yo estoy más dispuesta a los finales drásticos.
Como los de esas películas que te dejan desorientado,
con mal sabor de boca,
con un vacío que te llena pero está ausente.
Ese final que cada uno interpreta a su manera,
ese final al que procuras darle sentido para no perder la cabeza.
No confío. No siento. No temo.
No hagas que quite los 'no'.
No respondo de mis actos una vez me roces la mano.
Ven y fóllame bésame,
que a mi eso del hacer el amor no se me da bien.
Tengo el contador de las emociones a cero.
Y muchas ganas de follarte.



miércoles, 13 de julio de 2016

No estoy en mi cabales


Digo que sí, cuando quiero decir no.
Digo que no cuando me da la gana.
Y niego con la cabeza cuando es un sí rotundo.
Hay días en los que parece que sé lo que quiero,
días en los que estoy muy segura de que camino tomar.
Los otros 363 restantes se convierten en una lucha,
un círculo vicioso entre el deber, el querer y el poder.
Hay días que lo mando todo a la mierda.
Y días en los que aguanto un poquito más.
Días en los que estoy segura de a quienes no quiero en mi vida.
Y días en los que me gustaría saber que será de ella.
Niego que piense en un futuro.
Pero me preocupa no saber lo que haré el año que viene.
Odio la arena de la playa casi tanto como me gusta meter los dedos en ella.
Me encanta levantarme con canciones melódicas (o melancólicas).
Hoy si. Y a los 5 minutos no.
No me caracterizo por tener un estado emocional concreto, en un momento concreto.
Los tengo todos a la vez, juntos y revueltos.
A veces considero que merezco más,
pero también que no estoy preparada para ese plus.
Me encanta estar sola (aunque a veces con miedo).
Echo de menos tener a alguien.
Pero no quiero tener a nadie.
Sonrío mucho más de lo que siento.
Siento mucho más de lo que lloro.
¿Como pretenden entenderme cuando ni yo misma lo hago?
Ni siquiera entiendo el afán de algunas personas por intentarlo.
Pero me gusta(s).
A veces.



viernes, 8 de julio de 2016

Punto y Gota.


No es que sea así.
Que te eche de menos.
Que te quiera de vuelta en mi vida.
O que me duela verte en una foto besando a alguien que no soy yo.
Eso mas bien se convirtió en rutina.
En una costumbre.
Como ese 'buenos días princesa' (Ni eran buenos, ni había princesa).
Tus recuerdos se quedaron en la espalda,
como un peso muerto,
una carga innecesaria.
Cada vez que te recuerdo dueles. Enfadas. Asfixias.
Pero no. No como crees. No como creen.
La verdad es que tu recuerdo en sí me es indiferente. Tu lo eres.
Los enfados me recuerdan a algo que no soy, y que era contigo. O por tí.
El dolor, como con todo, ha ido menguando con el tiempo, hasta desaparecer.
Y la asfixia.
La asfixia se fue al respirar lejos de tí.
Lejos de lo tóxico.
Fuiste quien puso punto y final a nuestra historia.
Y yo.
Yo me quedo con ser esa gota de agua que se pierde en el océano,
entre un millón de historias más,
sin intención de que nadie la encuentre.